Con una única noticia del día en Washington y Abbottabad, el 1 de mayo en Berlín quedó totalmente olvidado. Además, pasó muy poco, hubo más ganas de fiesta que de disturbios. Lo más emocionante fueron unos bombitas de pintura que colorearon una oficina pública cerca de casa. Los rebeldes parecen haberlo hecho bien, porque una vez que empezaron a limpiarlo… tardaron 2 días en borrrarlo del todo.
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